Costara lo que costara, yo sólo quise
que mis días en México y en Nicaragua,
que mi docencia universitaria, y mi historia
que es tu sonrisa, mujercita mía, fueran
para los días y la vida y la historia
del Frente Sandinista. Porque, díganme
si la Revolución no es miel densa, chorreada
ámbar a contraluz -como la niña
de los ojos de la Niña - que cubre
y cura las más profundas heridas.
Materia Jubilosa (1986)