Las cámaras
de sangre negra
Con frecuencia.
La casa para
morir:
Blanca
Hondas hacia arriba
las tejas de barro y las soleras
Unas cuantas
sillas,
Unos vecinos.
Unos visitantes
El aposento
entreabierto
De
noche las altas paredes son más altas
Y más encaladas
Donde se
recortan las sombras de médicos y galenos
y salen,
van y
vuelven los facultativos
a una luz de acetileno.
Algún
sollozo falso.
NO VALE EL ARREPENTIMIENTO,
LA GRACIA NO LIMPIA LA CULPA.
NI LA MISERICORDIA DEL PADRE,
NI EL HIJO
ABIERTO EN CRUZ
NI LOS DONES DEL ESPÍRITU
PERDONAN A QUIEN MATA UNA VIDA
PARA EL AMOR…
HAS MATADO MI VIDA PARA EL AMOR.
PARA ESE PECADO NO HAY PERDÓN…
--Escribe!
--
Escribe!
Escribe
en grandes letras
Esas
palabras de Ibsen y cuélgalas a los pies
de mi catre…
Y ahora que vengan los fantasmas,
los
buitres ensangrentando las rampas
y calles empedradas con la sangre de mi
frente,
el viejo enfurecido y calvo, desollado,
con su piel sanguinolenta en
las manos
La
malvada bruja de ojos torvos,
Suele su mirada como la de los demonios de Dante
Está feliz
de mi amargura
Ah, pero como una ráfaga de viento fresco
Has venido tú,
me miraste con tus mismos ojos
de cuando yo era niño:
Tus trenzas, tu huipil de mangas de popa, tu rebozo…
Qué tranquilidad, que reposo…
Que saquen los 14 litros de suero
la cantidad de agua turbia,
amarillenta que quieran
No tengo
nada.
No tengo que testar.
Soy un
hombre a quien le saquearon el corazón,
Saquen el corazón,
La
esperanza, la ternura. Para qué vivir.
Cámaras
de sangre negro.
Cámaras negras por donde ya voy, donde me iré.
La
mascarilla de yeso,
la autopsia…
Nada es
blanco ni paredes ni sábanas.
Un silencio,
una
respiración semi agitada, un seco estertor en la garganta
una expiración
Y una
debilidad de siglos.
El último
azoramiento del cisne entre el charco.
León, febrero de 1916 2005