martes, 6 de mayo de 2014

Diurno de las catedrales en penumbras

Hay ciertas horas que el sol relumbra contra las torres
                                   Y las lajas cagadas de palomas 
mientras  el interior de las catedrales es la penumbra
Sin nadie / en la nada / Sin un alma / ni siquiera la mía
que anda ensayando desalmalse /
ni una campana ni una campanada
ni el engranaje de un relojón
que mueve al mazo que da las horas
ni un turista mirando hacia las cúpulas
Colgado de su cámara fotográfica
 y con una barba de tres días
 cara de imbécil que perturba
Catedrales desiertas en el  chisporroteo final de alguna vela
Como un hueco de enorme altura y de mayor profundidad
 la boca abierta de Dios el día que se le ocurrió amanecer muerto...

Doña Isabel la Católica se mandó construir la Capilla de Granada
Tan sólo para obligar a don Fernando que durmiera con ella
Hasta después de muerto bajo una luz escasa que filtra la reja del crucero.
Doce años antes se la pasó el rey de vacaciones conyugales
Con sus 40 concubinas reales de Santa Fe.

Pero había soportado a doña Isabel
Sin cambiarse de saya durante la guerra de reconquista
Y la expulsión de los moros del Albaicín
Y de las Alhambra hecha de luna, que a la luz lunar,
Más que la luna era de blanca.

Un mausoleo familiar: yerno e hija, don Felipe "El Hermoso"
inflamado por el veneno
 y doña Juana
--declarada Loca por Roja, por Comunera…
en vez de mujer insegura, celosa.

En la bóveda gótica de la catedral de Pamplona
También unos reyes  de Navarra tienen años  de estirarse.

Las llamas de las velas reflejadas en dos pómulos
Dan el toque de fuego, de carne o cera al mármol o alabastro.
Se fue pudriendo la carne primero, después
Los huesos se fueron deshaciendo,
                                                           Antes
Que llegara el otro cuerpo compañero.
Parajes yacentes desde hace siglos, juntas por fin.
Unidas no por el amor que quizás en algún momento
Se sintiera, sino por la muerte
                                                           Como en la vida:
Tantos cuerpos como muertos junto a otros cuerpos…
Como si la muerte fuera más eterna y fuerte que el amor.
Dormir todas las noches de la muerte que son más que las
                                                           De la vida
Junto al cuerpo que un instante solo tocó el amor.
Como si la muerte perpetua lo que pretendiendo eterno
                                                           Destruye el mismo amor.
Como si la muerte hiciera verdad el amor.
Nadie, ni los vivos ni muertos sabrían responder.
Son testigos el león echado
Y el perro aullando para siempre a los pies de amantes yacentes.

Granada / Pamplona / Madrid.

Mayo de 1987

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