60 años antes de mi nacimiento
mi madre, mi padre y yo nos
perdimos en Coímbra,
Pero aparecimos en Lisboa, junto al Tajo
Mi madre que rechaza toda quiromancia,
Magia negra o blanca,
el tarot con sus cartas la Sacerdotisa, El juicio
Final
y La Rueda de
la Fortuna
y toda su descendencia diabólica
fue capaz de llevarnos hasta la
Calle Coelho de Rocha.
Henriqueta,
hermana de la
persona que buscábamos
abrió la puerta
Y nos invitó a sentarnos en el pequeño salón
lleno de todos los ceniceros de los bares de Portugal
pequeños
volcanes
Humeantes las colillas de tabaco,
diminutas
fumarolas,
Como mínimas erupciones…
Una señora se
movía en la cocina.
Minutos después salió el sr Fernando Pessoa
Como
de un bostezo
Vestido de funeral, solapas y sombrero
negro de fieltro,
espejuelos
redondos
Y todo el perfil agudo terminando
en un vértice que era boca u
hocico
de animalito
que no pasaba de cinco años
Y bigote como moscón hirsuto.
--Voy
a parir una criatura
Y me
angustia su existencia
Me
recomendaron venir a donde vd.
--Será
varón y por los meses de gestación, Leo
Decía
con una voz más débil que su tos débil.
audible para mí con la interferencia del líquido
amniótico.
--Seré el mito que es la nada que es todo.
tosió sin fuerza.
Este
mismo sol que abre los cielos de Portugal
Es falso y mudo,
El
cuerpo entero de Dios,
Vivo y crucificado.
Este
niño que aquí atracó en la “Oda Marítima”,
Por
no ser,
existirá
Y su
vida que puede ser larga o corta
Vino
sin vivir pero nos creó.
y yo
escuchaba el rumor, el oleaje,
la reventazón
contra el vientre de mi madre,
las
pompas de la espuma que desaparecían apenas abrían su boca
las a a a a a saltaban entre las c y se cruzaban
con las w w w
ahahah x y z
No le
importaran los denarios…
Quien
se asome a su pecho hallará una cálida
habitación para indigentes y putas
viejas
En
materia de mujeres será un bribón
Se hará el tímido,
No
sabrá que decirles,
Pero
las amará
En él
el amor será una locura más
Y
quizá alguna vez será correspondido:
Un
Boticcelli pálida, invisible…
Una
morena llena de acné que no vivirá mucho
Una
muchacha de gafas y labios carnosos
Una
esposa que lo detestará
Otro
un cuerpo tallado y sólido, pero sensual y sexual
será como una tumba deliciosa
Tenderá
a las letras, la poesía, la novela
de aquí el mito,
Por
eso se llamará Julio o Ulises,
Se le
verá como loco y se le descreerá todo.
La lectura del naipe, las tres tiradas
llegan a su final,
se esfuman en la realidad,
Mientras abajo, en los cafés, en el bar, en las calles
coches de los años 20, no son nada
Como
morir un día de tantos, no es nada.
El día antes de la intervención quirúrgica
antes de acomodar la almohada y cubrirme con
la sábana
Pregunte
--Qué ocurrirá
mañana,
qué sucederá mañana?”
Mientras
los altísimos cipreses que se divisaban por las ventanas
del sanatorio de Lisboa
azota el viento, los hincha el viento como
velas verdes que se van,
bogando, bogando, bogando por el alba
del mar.
Masaya, 10 de agosto de 2012
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