viernes, 13 de julio de 2012

Octavio Robleto

En la lectura de “LIENZO DEL PAJARITERO” oigo voces antiguas y modernas. Voces de los Teotes y de la Vieja del Volcán y específicamente la voz del poeta Julio Valle Castillo que basándose en tradiciones y leyendas, en crónicas y folklore, nos moderniza en cantos nuevos lo que su corazón interpreta y lo que en sus investigaciones a entresacado. Náhuatl y Chorotega. Masaya danzando al son de sus marimbas y Masaya pintando en sus jícaros y tejiendo en sus bordados.
La ciudad en el espejo de sus lagunas y en el resplandor de fuego de sus volcanes.
La luna visita a través de las ramazones de los cuernos del venado y los pringues blancos en el cuero rojizo del tepescuintle.
El pajaritero es el señor de los abalorios, el señor de los pájaros, de los zenzontles y de los chocoyos, canto melodioso de cuatrocientos tonos y algarabía verde sobre el jaspe de la laguna.
Se entienden bien la lengua del colonizador y la lengua del nativo. Rodela de cuero con pictogramas y el escudo abollado del caballero andante. El titiritero Maese Pedro esta vez describiendo el trópico seco con su flora y su fauna de malinches y garrobos.
El pajaritero sabía de la venida de Julio Valle Castillo y esperó, pacientemente, a que este suceso se cumpliera, después de muchos soles y lunas, para irle dictando secretos y guiando su mano para conformar pictogramas.
Revelación y magia; humo de copal y humo de incienso. Teotes grotescos y vírgenes morenas. Tamagastad y Cipaltonal y sobre el horizonte, aureolada, la Virgen de Guadalupe, la guadalupana.
El estilo poético del pajaritero viene desde los viejos tiempos de Nezalhualcoyolt, (siempre modernos) hasta amalgarse con el habla del güegüence, el viejo cazurro e insolente.
En máscara de madera, casaca tirada al basurero, pero que de pronto surge, se levanta, suelta la lengua a cantar y canta sola, con los cuatrocientos tonos misteriosos, en canto vertical del clarinero y en el ondulante de la oropéndola. Toma la palabra y se dirige a quien le da la gana, comarcanos, romeros, promesantes, a la mujer real que ama y a la irreal que busca para amarla. El pajarito se guía por el hilo azul en este laberinto de poesía.
El pajaritero dijo COATH, ATL y SOL y se desenrolló la laguna para reptar, posteriormente tener plumas y volar.

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