San Carlos
Río San Juan
Nicaragua. A.C.
En este hotel de montaña en Donovaly
escuché otra versión de aquel tu poema
sobre el guerrillero caído en Nueva Guinea:
Desenterrado después del triunfo
encontraron todo un cadáver florecido:
los granos de maíz germinaban mazorcas
doradas por los bolsillos del uniforme.
Pasó igual con la cabellera de Arlen Siú:
mientras estuvo sepultada fue raigambre
del árbol que anida las lunas en El Sauce.
Resulta que Miklós Radnóti (1909-1944),
niño huérfano y húnaro,
muerto en campo de concentración,
sólo fue identificado en la fosa común,
porque en su chaqueta de presidiario
que mal lo libró del frío
y acaso del escalofrío final
hallaron las Églogas y Tarjetas Postales, un manojo
de cuartillas: hojas verdes, frescas de poesía.
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